Ingredientes
4 puerros (parte blanca)
2 patatas medianas
250 ml. de agua
200 ml. de leche (la que utilices en casa)
100 g. de jamón serrano
1 cebolla mediana
50 ml. de aceite de oliva virgen extra
Sal (al gusto)
Cómo hacer una crema de puerros. Si me preguntáis por una de mis recetas de verduras preferidas, la respuesta es una crema de puerros ligera y casi sin calorías. En el blog encontraréis al puerro como protagonista absoluto en muchas recetas, desde una crema de puerros y calabacín a la tradicional Vichyssoise o crema fría de puerros.
La opción de hoy es más sencilla si cabe, os proponemos esta crema de puerros, suave y ligera. Una receta complementada con un crujiente de jamón que nos dará un contraste de texturas.
En la actualidad, su popularidad y consumo es enorme. Encontraremos en España su cultivo en las zonas del norte: Navarra, País vasco y La Rioja. En Europa, sin lugar a dudas, el mayor consumidor y productor de puerro es nuestra vecina Francia. Y de allí viene una de las recetas mundialmente conocidas, la “Vichyssoise”.
Esta crema de puerros tiene semejanzas con ella pero no es lo mismo. La “Vichyssoise” se elabora con nata y se consume fría, mientras que en nuestra crema prescindiremos de la nata en los ingredientes y además la degustaremos caliente, para que sea un primer plato de cuchara perfecto para cualquier ocasión.
Preparación de la base de la crema de puerros
En esta ocasión solo utilizaremos la parte blanca de los puerros. Cortaremos por la zona anterior a las hojas, donde apreciamos que el tallo empieza a tener un tono verde. Retiramos también la parte inferior o raíz, donde tiene esa especie de “bigotes”. La parte sobrante no la tiréis, podéis aprovechar las hojas para añadirlas a un caldo de verduras y el tallo en un sofrito.
Pasamos los tallos blancos por agua debajo del grifo para limpiarlos y quitarles algún resto de tierra o suciedad que traigan. Los cortamos longitudinalmente en dos mitades. Luego los troceamos en porciones de unos 2-3 cm de grosor. Reservamos.
Pelamos la cebolla quitándole las capas exteriores y la picamos en juliana. En una cazuela vertemos un poco de aceite de oliva. Sofreímos la cebolla 5 minutos a fuego medio, sin que llegue a coger color. Echamos un poco de sal para que suelte el agua, ayudando a que no se nos dore.
Añadimos ahora los puerros, mezclamos y salteamos todo junto otros 5 minutos. Queremos que se vayan cocinando y ablandando antes de la cocción posterior.
Pelamos las patatas, las lavamos y las “cascamos” en dados (tamaño similar a los trozos de puerro) sobre las verduras. De esta manera conseguimos que suelten más almidón y la crema resulte luego más espesa y homogénea. Mezclamos y rehogamos un par de minutos.
Cocción y preparación de la crema de puerros y crujiente de jamón
Vertemos el agua en la cazuela, de manera que queden cubiertos todos los ingredientes. Cocemos 20 minutos a fuego medio, echando un vistazo de vez en cuando para que no se nos quede sin líquido. Salamos al gusto en el momento que comience a hervir. Pasado el tiempo de cocción, retiramos del fuego la cazuela.
Trituramos bien con la batidora, resultando una mezcla con textura de puré ligeramente espeso. En este punto, añadimos la leche y removemos en círculo. Comprobaremos como se va integrando perfectamente al resto y la crema adquiere ese característico color blanco.
Con el calor que tiene la cazuela, dejamos 5 minutos para que siga haciéndose y cogiendo “cuerpo” nuestra crema. En función de vuestro gusto podéis añadir más o menos leche para conseguir el punto deseado, más suelta o más espesa.
Para el toque final del plato vamos a preparar un sencillo crujiente de jamón serrano (o ibérico). Nos servirá para decorar, dar un toque de color y también aportar un contrate de texturas. Cortamos las lonchas de jamón en tiras finas de unos 5-6 cm. de longitud.
Untamos una sartén con un poquito de aceite de oliva, con la ayuda de una brocha de silicona o un papel de cocina. Salteamos las tiras de jamón a fuego medio 2-3 minutos. Irán soltando parte de su grasa y cogiendo una textura rígida y crujiente. En ese punto, retiramos sobre un papel absorbente.
Servimos la crema de puerros calentita en la mesa. Decoramos con unas tiras crujientes en el plato o tazón de cada comensal.
Como veis, una receta sencilla y muy saludable, perfecta para un primer plato ligero. Aquí tenéis todas las fotos donde muestro como preparar esta receta paso a paso. No os perdáis detalle para que os salga de rechupete.
Consejos para una crema de puerros de rechupete
Cuando vayáis a comprar los puerros observad que el tallo sea blanco, recto y consistente. Que no tenga manchas o partes defectuosas.
Si vemos la parte superior, las hojas estarán verdes y firmes, sin zonas amarillentas o descoloridas. Una vez en casa, se conservarán perfectamente en el frigorífico un par de semanas y unos 3 meses si los congeláis. Eso sí, luego os recomiendo cocinarlos sin descongelar, para que no pierdan sabor y textura.
Los puerros podemos encontrarlos en los mercados y fruterías durante todo el año, pero el puerro “de verano”, aunque tenga un sabor más suave, es de menor tamaño y calidad.
En estos meses de frío es cuando podemos sacarle más partido en nuestros platos. En la mayoría de ocasiones lo utilizamos como ingrediente para realzar un sofrito, para formar parte de un caldo o crema de verduras, en un puré o para acompañar una carne o pescado.
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