La economía del Imperio romano se fundamentaba en dos actividades principales: la conquista y el comercio interno. Cuando, después de los principados de Trajano y Adriano se detuvo la primera, al poco tiempo surgió la crisis del siglo III, que duró casi cuarenta años y sumió al Estado en el caos. Fue entonces cuando la segunda también cayó.
El nivel del comercio mediterráneo durante los siglos I-II no volvió a recuperarse hasta siglos más tarde. La estabilidad del mundo romano cayó antes de que acabara la Antigüedad, y fue en este tiempo cuando comenzaron a surgir los orígenes de instituciones tan representativas de la Edad Media como la Iglesia, el feudalismo, las ciudades amuralladas…
La Edad Media no fue una ruptura con el mundo clásico y antiguo, fue su única consecuencia posible. Y, por supuesto, tampoco fue una edad oscura como la gente del Renacimiento nos vendió y cuya imagen continúa hasta el día de hoy.
Es un período de la historia de 1000 años en los que hubo cosas buenas y cosas malas. El nacimiento del empirismo, pilar de la ciencia moderna, es medieval, así como la brújula, las gafas, las notas musicales, el arte gótico y románico, los relojes mecánicos, las ventanas de cristal, la difusión del papel, los cubiertos, los molinos de agua y de viento, las herraduras, los números, el botón (mucho más importante de lo que parece)… y una lista casi sin fin de innovaciones e inventos tienen origen medieval.
El comercio también tuvo un fuerte crecimiento en esta era y, además, sobrepasó los límites del continente europeo.
Un detallado mapa del comercio medieval
En este interesantísimo mapa, elaborado por Martin Jad Mansson, representaría las principales rutas comerciales entre Asia, Europa y norte de África entre los siglos XI y XII.
Tenemos que recordar que esta es una época floreciente para la cultura: universidades, arte románico, el mundo urbano, la banca en algunas ciudades italianas… y la recuperación comercial.
Florecimiento que, si bien entró en crisis antes de la Peste Negra, fue esta pandemia la que hizo que todo este progreso se detuviera en seco (aunque algunos autores opinan lo contrario, que la peste fue un factor decisivo para el origen del Renacimiento).
Las rutas terrestres en siete grupos
Las rutas terrestres se dividen en siete grandes grupos:
La primera y más famosa de todas ellas, en violeta, es la Ruta de la Seda, que iba desde Constantinopla hasta el noroeste de China, atravesando toda Asia central
Las rutas europeas
Las rutas rusas
Las rutas del sur de Asia para la India y la Indochina
Las rutas árabes
Las rutas del Lejano Oriente
El grosor de las líneas en el mapa determina la importancia de la ruta y el mismo patrón se usa para conocer las ciudades que recibían mayor tráfico de mercancías.
Rutas medievales marítimas y fluviales
Las rutas marítimas y fluviales están señaladas con líneas discontinuas. Llama la atención la cantidad de rutas fluviales que encontramos en la zona de Rusia, que conectan el mar Báltico con el mar Negro.
Estas fueron exploradas poco tiempo antes por los varegos, como se denomina a los vikingos oriundos de la actual Suecia. Precisamente, a través de esos caminos de agua consiguieron convertirse en la clase dominante de la zona y fundar la Rus de Kiev, el estado del que tanto Bielorrusia como Ucrania y Rusia se consideran herederos.
Aunque el comercio báltico es intenso, hay que recordar que todavía no existe la Liga Hanseática, que se fundó en 1358, es decir, dos siglos más tarde. Fue, justamente, el lucrativo comercio en la zona lo que hizo que surgiera la federación.
También puede sorprender cuán al sur de África llegaron los árabes en sus contactos comerciales. Un par de siglos más tarde, y antes de la llegada de los portugueses, también los chinos alcanzarían esas costas.
El mapa del comercio en la península Ibérica
En la península Ibérica, todavía bajo dominio musulmán, destacan las ciudades andaluzas de Sevilla, Córdoba, Granada, Málaga y Almería. En la zona cristiana tenemos, en Castilla, Toledo, Segovia y Burgos, que se consolidaban ya como grandes centros laneros exportadores, y, en Aragón, Tarragona, importante puerto mediterráneo.
Comments