Fue fusilado por el franquismo en 1936
Multitud de personas han acudido al cementerio de Navalmoral de la Mata, en Cáceres. Allí ha empezado la exhumación de una de las 2.500 fosas cifradas con restos de víctimas de la Guerra Civil y el franquismo.
Leonardo Blázquez tenía seis años y su hermano tres cuando un grupo de falangistas irrumpió en su vivienda para llevarse a su padre. "Fueron a casa de mi padre, lo cogieron y le metieron en la cárcel", ha contado a La Sexta. Se llamaba Epifanio Blázquez, y esa misma noche de 1936, murió fusilado junto a otros tres hombres. Quedó constancia en el informe de un consejo de guerra.
"Al llegar, sobre las dos de la madrugada, fueron bajados los detenidos y fusilados por un pelotón de falangistas”, ha explicado Candela Chaves Rodríguez, coordinadora del Proyecto de Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura (PREMHEX). Epifanio trabajaba en una finca de Navalmoral de la Mata, en Cáceres. El dueño de este terreno le delató a él y a otros compañeros. "Se les acusa de ir a esa finca y requisar ganado. Dicen que son 'marxistas, exaltados'", ha detallado Candela.
Ahora, 84 años después, Leonardo podría recuperar los restos de su padre. En el cementerio del municipio se ha localizado una fosa común con al menos cinco o seis cuerpos de personas asesinadas durante la Guerra Civil. Siendo tan pequeño como era, en la memoria de Leonardo quedan pocos recuerdos de su padre, pero hay uno que mantiene muy vivo: el momento en que su madre, su hermano y él vieron pasar la furgoneta que trasladaba a su padre de la cárcel al cruce donde fue fusilado.
El día que lo encontrara sería el más feliz de mi vida" Leonardo Blázquez
"Nosotros estábamos amarrados a ella, que estaba asomada a la gatera para ver pasar el camión", ha relatado Leonardo. Su vida ha estado marcada por la ausencia de su padre y la convivencia con los que sabía que lo mataron. Porque Leonardo, ya mayor, se fue a Madrid para ganarse la vida como conductor de autobús, y en una ocasión se cruzó con uno de los asesinos de su padre. Era el revisor de la línea.
"Entró en mi autobús y yo le vi por el espejo. Entró por atrás y le dije: 'Entra por delante que te vea la cara, que no te la vas a ver más'", ha relatado Leonardo a laSexta. Su objetivo es intentar dejar atrás un dolor perpetuado a lo largo de las décadas. "El día que lo encontrara sería el día más feliz de mi vida", ha asegurado. Su deseo, según ha contado entre lágrimas, es poder enterrarlo con su madre.
Esta exhumación se lleva a cabo en una de las 2.500 fosas que guardan los restos de víctimas de la Guerra Civil y el Franquismo. En este caso, los hallazgos que se hagan en la misma podrían ayudar a Leonardo a cumplir uno de sus últimos deseos.
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