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Foto del escritorAndrés Cifuentes

La leyenda de la violación de Lucrecia


Introducción al mito de Lucrecia

Según la tradición histórica, Roma estuvo gobernada por una lista de reyes romanos (siete, concretamente) durante un periodo de cerca de 250 años, desde la fundación de la ciudad (753 a.C.) hasta la instauración de la República romana (509 a.C.). Dentro de esta monarquía romana, cuatro reyes serían legendarios (Rómulo, Numa Pompilio, Tulo Hostilio y Anco Marcio) y tres serían históricos (Tarquinio Prisco, Servio Tulio y Tarquinio el Soberbio). En este artículo vamos a ver la leyenda que hay en torno a la caída de los reyes romanos y el inicio de la República Romana: la violación de Lucrecia.


Tarquinio y Lucrecia, obra de Tiziano hecha en el siglo XVI

Según la leyenda, Tarquinio el Soberbio fue derrocado en el año 509 a.C. por un grupo de aristócratas que crearon un nuevo gobierno no unipersonal encabezado por dos magistrados elegidos anualmente, los cónsules. Todas las fuentes coinciden en señalar que la causa principal de este «golpe de Estado» fue un delito sexual, la violación de Lucrecia. Casi con toda seguridad, este suceso es tan mítico como lo es el rapto de las sabinas, ya que servirían para marcar simbólicamente el inicio y el final del periodo monárquico.


La leyenda de la violación de Lucrecia en Roma

Gracias a Tito Livio podemos conocer esta leyenda sobre el inicio de la República Romana con todo lujo de detalles. La misma empieza con el asedio romano a la vecina ciudad de Ardea, capital de la tribu legendaria de los rútulos. Allí un grupo de jóvenes aristócratas romanos, borrachos y aburridos, debatían sobre cuál de sus esposas era la mejor. Uno de ellos, Lucio Tarquinio Colatino, propuso cabalgar de vuelta a sus casas para examinar a sus mujeres y así demostrar que la suya, Lucrecia, era la más virtuosa de todas. La confianza de éste no era infundada ya que, cuando todos volvieron a Roma, todas las otras esposas fueron descubiertas de fiesta, mientras que Lucrecia se encontraba trabajando en el telar junto a sus criadas. Entonces, obedientemente, dio de cenar a su marido y a sus invitados.


El origen de la República Romana, obra de Casto Plasencia hecha en el siglo XIX

A lo largo de esa noche, Sexto Tarquinio, hijo del rey Tarquinio el Soberbio, se enamoró perdidamente de Lucrecia. Poco tiempo después, Sexto cabalgó en solitario una noche hasta la casa, donde exigió a Lucrecia, mientras la amenazaba con un cuchillo, que se acostara con él. Sin embargo, cuando Sexto vio que la joven no tenía miedo a morir, la amenazó con algo peor que la muerte: la perdida del honor. Le dijo que la mataría a ella y a uno de sus esclavos, y que dispondría los cuerpos de forma que pareciera que estaba cometiendo adulterio. Ante esto, Lucrecia accedió y fue violada por Sexto Tarquinio. Una vez que éste regresó al campamento en Ardea, ella hizo venir a su marido y a su padre (Espurio Lucrecio) y, tras contarles lo sucedido, se suicidó clavándose un puñal.


Inmediatamente después de suicidarse, Lucio Junio Bruto, que había acompañado a la casa a su amigo Colatino, retiró el puñal del cuerpo de Lucrecia. Mientras la familia lloraba desconsolada sobre el cadaver, él juró librar a Roma de la tiranía de los reyes para siempre. Tras asegurarse el apoyo del ejército y del pueblo, horrorizados por la violación, Lucio Junio Bruto obligó a Tarquinio el Soberbio y a sus hijos a exiliarse. De esta manera, la violación de Lucrecia habría sido la razón de surgimiento de la República Romana.


Consecuencias de la violación de Lucrecia en Roma

La violación de Lucrecia tuvo más consecuencias de las que inicialmente se podría haber previsto, ya que la familia real de los Tarquinios no se rindió sin luchar. Según la inverosímil leyenda transmitida por Tito Livio, Tarquinio el Soberbio persuadió a varias ciudades etruscas para que atacaran Roma en su nombre. Sin embargo, la situación no salió bien para ambos bandos. Si bien las tropas de Tarquinio fueron derrotadas en la batalla de la selva Arsia, el propio Lucio Junio Bruto fue una de las víctimas en el lado romano.


La muerte de Lucrecia, obra de Eduardo Rosales hecha en el siglo XIX

Después de esta primera derrota, Tarquinio unió sus fuerzas con las de Lars Porsena, rey etrusco de la ciudad de Clusium. El ejército de este rey asedió la ciudad de Roma, pero fue derrotado por el heroísmo y la valentía de los ciudadanos romanos. Sorprendidos por el carácter noble de los romanos, los etruscos de Porsena abandonaron a los Tarquinios y se volvieron a su tierra.


Lejos de rendirse, Tarquinio recurrió a su yerno Octavio Mamilio, quien organizó una coalición de pueblos latinos contra Roma. Durante un tiempo esta coalición pudo resistir, pero fue finalmente derrotada en la batalla del lago Regilo en algún momento incierto de la década de 490 a.C. Tras su rendición definitiva, la tradición cuenta que Tarquinio se exilió en la ciudad griega de Cumas, donde su amigo, Aristodemo el Afeminado, ejercía de tirano.


Para añadirle más épica al acontecimiento, se decía que los dioses Cástor y Pólux habían sido vistos luchando en la batalla del lado de los romanos y después dando de beber a sus caballos en el foro romano. En agradecimiento, los romanos construyeron en ese lugar el templo que lleva su nombre, cuyos restos arqueológicos se pueden visitar todavía hoy en día.


El suicidio de Lucrecia, obra de Rembrandt hecha en el siglo XVII

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