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  • Foto del escritorAndrés Cifuentes

Hace 200 años. Diario de las Cortes de Cádiz


19 de marzo de 1812


Día de San José, 19 de marzo de 1812. Amaneció por fin la hermosa aurora que tanto ansiábamos; el glorioso nombre de Constitución española resuena en las Cortes, y se difunde por todos los ámbitos de las Españas. Hoy acaba la tiranía, que por tantos siglos con su cetro de hierro nos abrumó; hoy empieza la época fausta en que la justicia levanta sobre las ruinas del despotismo su trono liberal… El Conciso, 19 de marzo de 1812.

Comienza la sesión con la lectura del acta del día anterior y, a continuación, se pasa a la ceremonia del juramento de observancia de la Constitución política de la Monarquía española. Uno de los secretarios formula la pregunta siguiente: ¿Juráis guardar la Constitución política de la Monarquía española que estas Cortes generales y extraordinarias han decretado y sancionado?


Vicente Pascual Esteban, en calidad de presidente de las Cortes, es el primero en jurar poniendo la mano sobre los Santos Evangelios y diciendo en alta voz: Sí juro.

La misma ceremonia repiten de dos en dos los diputados. Finalizado el juramento uno de los secretarios proclama: Si así lo hiciereis, Dios os lo premie, y si no os lo demande.


Acto seguido se presenta la Regencia del Reino, precedida de la diputación del Congreso y acompañada de una gran comitiva de embajadores, nobles y generales para prestar juramento de dos en dos la obediencia a la Constitución.

Monumento a la Constitución de 1812. Plaza de España. Cádiz, 1912-1929.

Los presidentes de las Cortes y de la Regencia pronuncian sendos discursos. En primer lugar toma la palabra Vicente Pascual Esteban: Congregadas estas Cortes generales y extraordinarias después de vencido el inmenso cúmulo de obstáculos que ofrecía la triste situación de la Patria, se dedicaron con particular esmero a formar la Constitución política de la Monarquía española, y al cabo de grandes fatigas y tareas, tuvieron la satisfacción de sancionarla en la forma que se leyó ayer en sesión pública… se han marcado y puesto en salvo los derechos imprescriptibles de la nación y de todos los españoles de ambos mundos…


Le contesta Joaquín de Mosquera y Figueroa, presidente de la Regencia debido a la ausencia del duque del Infantado que se encontraba en Londres como embajador de España: …La Regencia, Señor, que tan solemnemente tiene prometida a V.M. su observancia, como ahora nuevamente la promete, velará con el celo mas ardiente en la parte que la toque, que el pueblo español en ambos hemisferios, reconciliado dulcemente con el ósculo de la paz, se conserve en ella, y repose, cogiendo tranquilo los frutos que ella le ofrece bajo de su sombra.


Concluido este discurso, salen los Diputados de dos en dos, siguiéndoles la Regencia del Reino con el presidente de las Cortes, para dirigirse unidos a la Iglesia del Carmen o de los padres Carmelitas en la Alameda, lejos de la catedral, donde al parecer estaban más a resguardo de las bombas enemigas donde se celebra un Te Deum en acción de gracias... Eran las once menos quarto.


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