EL AUTOR DE LA CENICIENTA, PULGARCITO O CAPERUCITA ROJA, PERRAULT, NACIÓ EL 12 DE ENERO DE 1628 EN PARÍS.
Charles Perrault es un autor que ya forma parte de nuestra infancia, de la historia, de la narrativa universal. Suyos son algunos de los cuentos infantiles más famosos y eternos, si bien la realidad de este autor francés siempre giró más en torno a la realeza y el «mundo real» que a la fantasía. La vida y obra de Charles Perrault no solo resulta interesante a nivel histórico, sino también a la hora de comprender una magia que transformó para siempre el poder de la narración.
Charles Perrault: un cuentista en la Corte
Charles Perrault nació un 12 de enero de 1628 en París, en el seno de una familia burguesa cuyo padre de familia era abogado en el Parlamento, lo cual le permitió gozar de una vida privilegiada. Perrault nació durante un parto doble cuyo gemelo, François, falleció a los seis meses de venir al mundo.
En 1637 ingresó en el colegio de Beauvais, donde demostró gran destreza con las lenguas muertas. En 1643 comenzó a estudiar Derecho a fin de seguir los pasos de su padre y su hermano, Pierre, recaudador general y su principal protector. Y es que desde muy pequeño, Perrault demostró una gran habilidad para los estudios, siendo esta su principal prioridad durante gran parte de su vida.
En 1951 se licenció en el Colegio de Abogados y tres años después se convirtió en funcionario del sistema gubernamental. Entre sus primeras aportaciones, el autor participó en la creación de la Academia de las Ciencias y la Academia de las Artes. Sin embargo, y a pesar de su posición en el seno político y su relación con el arte, Perrault nunca fue en contra del sistema ni tampoco dio señas de la fantasía que evocarían sus cuentos años después. Su vida se limitaba a cumplir su trabajo y honrar al rey Luis XIV en forma de poemas y diálogos, lo cual le valió la admiración de las altas esferas y el cargo de secretario de la Academia Francesa en 1663 bajo la batuta de su mayor protector, Colbert, consejero de Luis XIV.
En 1665, se convertiría en uno de los funcionarios reales. En 1671 fue nombrado canciller de la Academia y se casó con Marie Guichon, con quien tuvo una primera hija en 1673. Ese mismo año fue nombrado bibliotecario de la Academia. Tuvo tres hijos más, perdiendo a su mujer tras el parto del último, en 1678. Dos años después, Perrault debió ceder su puesto al hijo de Colbert, momento que marcaría su transición hacia una faceta de escritor infantil cuyo principal título fue Cuentos del pasado, más conocido como Cuentos de mamá ganso. A pesar de escribir todos estos cuentos en 1683, estos no serían publicado hasta 1697.
Durante sus últimos años de vida, Perrault se dedicó a escribir odas a la monarquía, al rey de Suecia, de España y, en especial, a Luis XIV. A él dedicó el poema El Siglo de Luis el Grande, el cual causó gran conmoción tras su publicación en 1687.
Charles Perrault falleció el 16 de mayo de 1703 en París.
Charles Perrault : sus mejores cuentos
A pesar de que parte de su obra literaria (incluidas sus 46 obras póstumas publicadas) hablaban de reyes, de la Corte y la situación política, los cuentos infantiles de Perrault englobaban una moralidad que el autor consideró necesaria en unos tiempos tan convulsos como los de la Francia del siglo XVI.
Los ogros, hadas, gatos con botas y princesas comenzaron a dibujarse en su cabeza inspirados por las historias que circulaban entre las clases altas como herencia de una oratoria procedente de otros países europeos y algunos más exóticos. A su vez, escenarios reales que solían ser visitados por el escritor como el castillo de Ussé, en el departamento de Indre y Loira, inspirarían cuentos como La bella durmiente.
El libro que reunió parte de estos cuentos fue titulado Histoires ou contes du temps passé, avec des moralités con el título de Contes de ma mère l’Oye en la contraportada. El volumen estaba formado por ocho cuentos, los más famosos de Charles Perrault:
La bella durmiente
El famoso cuento de la princesa Aurora, condenada a dormir eternamente tras pincharse con un huso, se ha convertido en una de las narraciones más atemporales de la historia. Perrault se nutrió del mito de la princesa durmiente tan recurrente en viejas historias islandesas o españolas y le añadió un toque más irónico y perspicaz.
Caperucita roja
La historia de la niña vestida con una capucha roja que se topaba con un lobo de camino a casa de su abuela procedía de una leyenda de la época medieval para marcar las diferencias entre la ciudad y el bosque. Perrault suprimió los detalles más escabrosos (como la invitación del lobo a Caperucita a devorar los restos de su abuela) y matizó una moraleja dirigida a todas las jóvenes a la hora de prevenirlas de encuentros con desconocidos.
Barba azul
El relato menos fantasioso de los cuentos de Perrault aludía a una mujer que descubría los cadáveres de las anteriores esposas de su nuevo marido en un siniestro castillo. Aunque la historia de la mansión suntuosa y el marido misterioso datan de los mismos mitos griegos, se cree que Perrault se inspiró en figuras como el asesino en serie Gilles de Rais, un noble bretón del siglo XV.
El gato con botas
El gato del hijo de un molinero que lega toda su herencia tras morir se convierte en la premisa de este cuento más humorístico cuya interpretación aún suscita más de un debate. Algunos se apoyan en la teoría de que el gato humanizado que dirigía el negocio era una lección de administración de empresas, mientras otros apuntan al animal con botas como metáfora del instinto animal del propio ser humano.
Cenicienta
Pocas historias han trascendido tanto en el tiempo como la de Cenicienta, la joven que servía a sus madrastra y dos hermanastras anhelando casarse con un príncipe. La historia reflejaba el concepto más antiguo del mundo: la lucha del bien contra el mal, tema que ya estaba presente en una de las primeras versiones de la narración procedente del Antiguo Egipto.
Pulgarcito
Pulgarcito era el pequeño de ocho hermanos. La gran ventaja que le permitió camuflarse en las botas del ogro que quería comérselos a todos. Metáfora de que el tamaño no condiciona el valor de un ser humano.
Los otros dos cuentos incluidos en el libro fueron Las hadas y Riquet al copete, menos conocidos. A su vez, en una siguiente versión de Cuentos de mamá gansa se incluyó Piel de asno, otro clásico de Perrault que denunciaba el incesto al contar la historia de un rey que buscaba casarse con su hija.
Fuente: actualidadliteratura.com
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