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Foto del escritorAndrés Cifuentes

Mester de Juglaría - Características y ejemplos


Una de las formas con las que las gentes de la Edad Media se entretenían era escuchando poesía. Por eso dedicamos esta lección a conocer características y ejemplos del Mester de Juglaría, ya que recibe su nombre porque eran los juglares los que iban por los pueblos recitando historias en verso para divertir a sus habitantes.

Además del Mester de Juglaría, también en la época del medievo nació el Mester de Clerecía, que se diferencia de este en diversos elementos, principalmente, en que los poemas de este último estaban escritos y recitados por clérigos, mientras que el que nos ocupa en la lección de un PROFESOR se centra en versos de la tradición oral, de los que no se sabe el autor, así como otras particularidades. Pero no adelantemos acontecimientos. Comencemos por el principio, la definición.

Qué es el Mester de Juglaría

El Mester de Juglaría nace aproximadamente en el siglo XII, en plena Edad Media, y tendría vigencia hasta finales de esta etapa, acabando el siglo XV. Su nombre lo recibe por parte del juglar, persona que recitaba poemas y cantares de memoria, para lo que se debía de valer de técnicas específicas o usar la improvisación de ser necesario.

El Mester de Juglaría tuvo su principal apogeo durante el siglo XII, antes de tener que rivalizar con el Mester de Clerecía, mucho más culto y trabajado. La función del juglar era sencilla: entretener a su público. Para ello, de ser necesario, no solo recitaría, haría cualquier cosa por mantener a las gentes atentas a sus historias. Por eso cantaría, actuaría, bailaría, haría malabarismos e incluso contaría chistes si hacía falta.

Por lo general, además de la función de entretenimiento, también hacía cierta labor de información, puesto que los cantares se basaban en hechos populares. De hecho, se hicieron muy famosos los cantares de gesta con héroes como el Cid. Es más, en España, estos poemas eran bastante realistas, en Europa solían estar aderezados con tintes fantásticos.


Las características del Mester de Juglaría fueron suficientemente importantes como para considerar una especie de escuela en sí misma. De ellas podemos destacar:

  • El juglar era la persona que interpretaba la obra y la recitaba. Se valía de su propio estilo y de su creatividad para narrar los poemas.

  • No se solía conocer al autor. Al contrario que sucede en el Mester de Clerecía, por ejemplo, aquí se sabe que el juglar era quien recitaba, tal vez escribía e incluso recopilaba información, seguramente del imaginario colectivo, pero su nombre no era importante.

  • La temática es otra de las características importantes. Generalmente se narraban hechos de la vida cotidiana con toques fantásticos. No obstante, en la zona española los cantares de gesta, los cantos épicos y los poemas amorosos eran los favoritos por juglares y público.

  • La rima de los poemas se caracterizaba por ser irregular, monorrima y asonante. En general, utilizaban series ilimitadas de versos de entre 10 y 18 sílabas, aunque el de 16 era el más habitual, agrupados en estrofas que se dividían en dos hemistiquios o partes con una cesura o pausa central.

  • El lenguaje que usaban era bastante vulgar, exento de cultismos, buscando recitar con fuerza narrativa, pero comunicando con simpleza para llegar al público poco educado. Se usaban mucho las exclamaciones y los epítetos, pero muy limitado en cuanto a recursos estilísticos.

  • Las fuentes solían ser anónimas y de carácter oral y popular. Eran modificadas a conveniencia para dirigirlas a un pueblo iletrado y ávido de historias épicas.


Existen diversos ejemplos del Mester de Juglaría, aunque en España, por ejemplo, apenas se conservan unos 8000 versos en total, mientras que otros países como Francia mantienen intactos como un millón. Entre las obras más famosas de estos juglares medievales, sin duda destaca el Cantar de Mio Cid. Se conserva una buena parte de la obra que narra las andanzas de un personaje medieval muy célebre, es decir, sus gestas frente a los que consideraban invasores árabes. Dentro del poema épico de Mio Cid encontramos expresiones muy características de este Mester de Juglares, como, por ejemplo:

  • El que buena ora nació

  • Que buen vasallo si hubiera buen señor

  • El de la luenga barba

  • El que buena hora ciño espada

Otros poemas épicos que se conservan y se recitaban por los juglares de este Mester medieval son el Cantar de Fernán González, el Cantar de Sancho II o el Cantar de los siete Infantes de Lara.


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