La fiebre del oro en California comienza en 1849 y termina en 1860. Es el acontecimiento fundamental en la formación del estado y uno de los hechos más significativos de la formación de la nación, localizado entre la compra de Louisiana en 1803 y la Guerra Civil de 1861.
El 24 de enero de 1848, James Wilson Marshall, encontró pepitas de oro en el río American en las faldas de la Sierra Nevada, cerca de Coloma. Marshall, un carpintero de New Jersey, trabajaba en la construcción de un aserradero propiedad de John Sutter, un suizo alemán en la colonia de Nueva Helvetia, que originó la ciudad de Sacramento.
Pocos días después con el tratado de Guadalupe Hidalgo (2 de febrero de 1848) el territorio de California quedaba en manos de Estados Unidos como resultado de la Guerra México-Americana. Ninguna de las dos partes sabía de la existencia de oro ni podía prever la desmedida riqueza que se produciría en la zona escasamente poblada entonces por los llamados californios, individuos de origen español y mexicano.
Causas
Requería de poco capital de arranque y había pocas leyes restrictivas para el acceso. Era una industria que necesitaba grandes cantidad de mano de obra. A la vez, se necesitaban otros negocios de abastecimientos y servicios que apoyaran la industria minera, lo que abría un inmenso mercado.
Carrera hacia el Oeste
La carrera hacia el oeste comenzó en 1849 cuando la noticia del descubrimiento del oro se difundió a pesar de la cautela de sus descubridores.
Miles de norteamericanos provenientes del este, llamados “fortyniners” (49’erns) así como inmigrantes que tenían acceso a través del mar, desde países como Hawaii, Chile, Perú, México y hasta China se volcaron hacia las minas. Muchos se convirtieron en mineros de la noche a la mañana.
Los mineros provenientes del este venían en carretas de caballos en viajes que duraban desde abril o mayo hasta septiembre, solos o en caravanas, que costaban unos $200, en momentos en que un trabajador promedio ganaba menos de $1 diario.
Otros llegaban en barcos que navegaban bordeando el Cabo de Hornos en Sudamérica hasta alcanzar el Océano Pacífico, viaje que podía durar hasta ocho meses.
Otros atravesaban el istmo centroamericano a través de Panamá u otras rutas a través de Nicaragua tratando de evadir las enfermedades tropicales que eran el peor enemigo de los viajeros por ese trayecto de aventureros, 80 por ciento de ellos provenientes del este de Estados Unidos, llegaron por tierra o en embarcaciones que eran abandonadas en la boca del río cuando los mineros iniciaban la marcha hacia las montañas para explotar las minas.
Luego se formó una economía alrededor de la actividad minera: tiendas de herramientas, abarrotes, burdeles y servicios crecieron tanto como el número de mineros.
Retos de tecnología
Las primeras extracciones del metal se hacían directamente desde las aguas del río, en cuyas arenas se encontraban las pepitas listas para ser recolectadas luego de cernir la arena. Luego, al agotarse el oro en las arenas del río, surgió la necesidad de una mejor tecnología, con el uso de perforadoras hidráulicas y uso de sustancias químicas que permitieron la explotación de oro de menores quilates.
Se aplicó la minería hidráulica, un sistema de cañones que disparaban chorros de agua a las laderas de las montañas, desprendiendo así fragmentos del metal y arrastrándolos en el torrente de agua hacia la base de las montañas donde era fácil recogerlo.
La ciudad de San Francisco, donde se encontraba el puerto de entrada, creció como una metrópolis.
La población californiana creció de unos 8,000 habitantes (exceptuando los indios no cristianizados, que eran unos 150,000, la mitad de los que encontraron los españoles en 1769) a 93,000, 77 por ciento de ellos hombres en 1850. Para 1852, la población había alcanzado las 250,000 personas. En 1860 había 380,000 residentes en California. La población indígena, sin embargo, quedó mermada hasta la mitad, víctima de masacres, persecuciones y violencia.
Los salarios en la zona llegaron a quintuplicarse y la demanda de mano de obra no cesaba de crecer.
La explotación del oro tuvo su clímax en 1852, cuando $81 millones fueron extraídos de las minas. Luego comenzó a declinar gradualmente para alcanzar unos $45 millones anuales hasta 1857.
La empresa se transformó de una aventura personal a una industria de grandes compañías inversoras de capital que contrataban mano de obra.
Consecuencias
Integración política: Impulsó la integración política y económica de California a Estados Unidos como el estado 31 de la nación. A finales de 1849, California solicitó la admisión a la Unión con una Constitución en contra de la esclavitud, en momentos en que había 15 estados abolicionistas y 15 esclavistas.
La labor intensa en las minas igualaba a los dueños con sus esclavos, y desarrolló una mentalidad antiesclavista, aunque la Constitución no permitía la esclavitud sí eran válidas las leyes que daban a los propietarios el derecho a recuperar a los esclavos fugitivos.
Fuente: www.aboutespanol.com
コメント