Cuando murmuras con nervio acento tu cuerpo hermoso que a mi cuerpo toca y recojo en los besos de tu boca las abrasadas ondas de tu aliento.
Cuando más que ceñir, romper intenso una frase de amor que amor provoca y a mí te estrechas delirante y loca, todo mi ser estremecido siento.
Ni gloria, ni poder, ni oro, ni fama, quiero entonces, mujer. Tu eres mi vida, esta y la otra si hay otra; y solo ansío
gozar tu cuerpo, que a gozar me llama, ¡ver tu carne a mi carne confundida y oír tu beso respondiendo al mío!…
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