Monet fue la figura clave del movimiento impresionista. De hecho fue un cuadro suyo el que puso nombre al movimiento.
Sus innovaciones en el estudio del color y la luz causaron tanta admiración como rechazo, pero como bien sabemos, se adelantó lo justo a su tiempo como para ser considerado un innovador y tener éxito al mismo tiempo.
Dibujante de caricaturas desde niño, ya pintaba paisajes y marinas, algo que le agradaba al poder trabajar al aire libre. Con 19 años viaja a París para empezar sus estudios, siendo financiado por su familia. Pero cuando Monet es llamado para el servicio militar (de 7 años) estos no quieren pagar el reemplazo a no ser que deje ese horrible oficio, por lo que Monet se tiene que ir a Argelia.
Un año después su tía acabaría pagando y Monet retorna a Francia. Viaja por Europa donde se enamora de las distintas luces en los distintos momentos del día. En el Reino Unido descubre a Turner, que le marca como nadie había echo. Comienza a intentar plasmarlo en pintura mediante manchas. Era el ojo quien las unía en el cerebro, aunque estas ideas eran demasiado modernas para la época.
No fueron tiempos de bonanza. Monet y su familia (incluyendo hijos ilegítimos) vivían en la pobreza pero eso no impedía que el artista vistiera con las mejores ropas, como un dandy. Además era un artista muy poco comercial, excesivamente experimental.
Pero precisamente fue eso lo que le dio fama en la exposición de 1874: Una serie de manchas de colores que representaban un paisaje mejor de lo que había sido representado nunca… o mejor dicho, la impresión de ese paisaje…
Monet había descubierto su estilo, que se fue radicalizando con el tiempo. Intentó captar el instante (sus trenes con humo), la luz (sus paisajes), las variaciones del color a través de sus series sobre un mismo tema, a distintas horas o durante estaciones diferentes.
Paulatinamente fue acentuando los efectos luminosos hasta llegar en ocasiones a difuminar las formas o incluso a fundirlas entre sí.
En sus últimas obras (nenúfares), la forma está ya prácticamente disuelta en manchas de color. Muchos historiadores de arte/oftalmólogos (?!?) afirman que al sufrir Monet de cataratas, el artista veía cada vez más tras un filtro borroso y amarillento. De hecho, tras ser operado, volvió una temporada a su estilo anterior.
Sea como sea, Monet murió a los 86 años, consagrado como una leyenda. Estaba prácticamente ciego pero al morir tenía un pincel en la mano.
Fuente: https://historia-arte.com
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